Todo empezó cuando la mamá de Lujan, Rebeca, me dijo que su hija  necesitaba más espacio, entonces asumí que tenía su consentimiento para dar un nuevo look a la habitación. El segundo paso, fue conversar con la adolescente, conocer sus actividades, su rutina y sobre todo tratando de captar su esencia. No es fácil entender el idioma adolescente y menos hablarlo, pero con un poco de lectura comprensiva, pude descifrar su mundo.

En la casa encontré un espacio muerto entre las habitaciones, la famosa «salita de estudio», que en la mayoría de los casos no se usa para estudio, y este caso pertenecía a la mayoría. Les propuse agrandar la habitación de Lu, integrando la salita a la habitación y convirtiéndola en el vestidor.

Donde antes estaba el placar, ubicamos un mueble con rack de TV y una pequeña mesada para estudiar, esta mesada incluye la cajonera rodante, suuuper práctica para los espacios reducidos.

En el vestidor, ubicamos el placar ya existente y uno nuevo de igual tamaño, pero con un zapatero vertical, que almacena un montón de zapatos ¡Y quedan todos a la vista! Lastimosamente no tengo la opción  de subir un vídeo a esta plataforma, pero si te interesa escribíme y veo la forma de mostrártelo.

El antes de la habitación.

En un abrir y cerrar de ojos tu nena se convirtió en quinceañera, ya tiene hábitos nuevos y otros gustos, nos cuesta asimilar pero es la ley de la vida. El cambio  quedó ¡genial! y Lu reee contenta, ya compartiendo con amigas en su espacio, muy ella en cada detalle.