En este momento estoy en un proyecto muy querido y anhelado por sus dueños. La refacción de una cocina. Ellos tenían una cocina cerrada al comedor, donde los muebles parecían atacarte de tan cerca que se encontraban y todos muy altos te envolvían a tal punto de caer en la «asfixia mobiliaria». Suele ocurrir más a menudo de lo que pensamos y no siempre está bien diagnosticado.
La casa de una familia joven de 5 personas, acostumbrados a recibir amigos y familiares, ofreciendo lo mejor de corazón y de comer a sus invitados, necesitaban estar en contacto con los invitados a la hora de cocinar en “vivo “para ellos, explicando en que consiste cada paso, de donde viene cada ingrediente y por supuesto brindando de tanto e tanto para alegrar el espíritu y hacer más acogedora la reunión.
En una de las tantas reuniones se dieron cuenta que estaban entre 7 personas mirando atentamente como levaba la masa de la pizza, y
fue ahí que cayó la ficha, “necesitamos compartir el momento en que leva la masa de la pizza con los invitados, no tanto así… pero necesitamos que mientras cocinamos para nuestros amigos ellos estén presentes en el proceso.
Primer paso : conociendo el sueño
Conocer el sueño la expectativa de las personas que vivirán ahí, que quieren que necesitan y que experiencias les gustaría vivir en esa habitación. Cual son sus gustos y preferencias, algunas imágenes de referencia vienen como anillo al dedo.
Segundo paso : a volar
Esta es la parte que más me gusta, cuando solo me pongo en el papel de otro y pienso que experiencia quiero tener al visualizar ese lugar, tranquilidad después de manejar todo el día un tránsito infernal, compartir con amigos, chin chin aquí chinchin allá, o simplemente causar una buena impresión al recibir un paciente en mi consultoría, cada uno tiene un objetivo un sueño una aspiración. Y volar alto que todavía podemos, al llegar el presupuesto ponemos los pies sobre la tierra y nos amoldamos a alcanzar el sueño pero de acuerdo a nuestras posibilidades.
Tercer paso : manos a la obra y sorpresitas
Ufff se viene la parte en que te das cuenta que la vida no es color de rosa y la Arquitecta Vane Caffiero me dá con un balde de agua fría , aparece un pilar insustituible, un cable todo poderoso, 2 cm de diferencia en la medida de un hueco que revestir y así mil imprevistos previstos que nos llevan a usar la varita de Harry Potter de mi hija para solucionar (ojalá) jajajajaj. Es salir del paso con juego de cintura y recordar que esta pasión por la decoración hace que mi mayor trofeo sea, hacer realidad ese sueño y arrancar una sonrisa gigante del rostro del cliente. Espero que les guste el resultado!
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